Red transeuropea de transporte (Trans-European Transport Network)

La Red Trans europea de Transporte aborda la implementación y el desarrollo de una red europea de líneas ferroviarias, carreteras, vías navegables interiores, rutas marítimas, puertos, aeropuertos y terminales ferroviarias. El objetivo final es cerrar brechas, eliminar cuellos de botella y barreras técnicas, así como fortalecer la cohesión social, económica y territorial en la UE. Esta política se basa en el Reglamento (UE) n.o 1315/2013.

Implementación de la red Trans-Europea
La TEN-T por sus siglas en inglés apoya la innovación, nuevas tecnologías y soluciones digitales a todos los modos de transporte. La columna vertebral de la Red Central está representada por nueve Corredores de la Red Central, que fueron identificados para agilizar y facilitar el desarrollo coordinado de la Red Central. Dos prioridades horizontales, el Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (ERTMS) y las Autopistas del Mar, las complementan.



¿Cuáles son los principales objetivos de las redes transeuropeas?

Desde 2013 el objetivo es construir una "red central" para 2030, y una "red integral"”para 2050.
Con ello se busca fortalecer la cohesión social, económica y territorial en la UE y favorecer la aplicación de la innovación, las nuevas tecnologías y las soluciones digitales a los diferentes modos de transporte, mejorando el uso de la infraestructura y haciéndola más sostenible, más eficiente y más segura.

Para lograr los objetivos la UE tiene como función:

• Establecer una serie de directrices que cubran los objetivos, prioridades y grandes líneas de actuación.

• Implementar las medidas que puedan resultar necesarias para garantizar la interoperabilidad de las redes, en particular en el ámbito de la normalización técnica.

• Apoyar proyectos de interés común apoyados por los Estados miembros, que se identifiquen en el marco de las directrices mencionadas en el primer guión, en particular mediante estudios de viabilidad, garantías de préstamos o bonificaciones de tipos de interés.

Países miembros de la UE responsables de implementar el proyecto

Los estados tienen la responsabilidad de implementar los proyectos. La toma de decisiones sobre proyectos específicos sigue siendo responsabilidad de los Estados miembros. El papel de la Unión Europea es contribuir al desarrollo del sistema transeuropeo, mediante el establecimiento de pautas; identificar y apoyar proyectos de interés común; y medidas de ejecución para garantizar la interoperabilidad. Dichas directrices y proyectos requieren la aprobación de cada Estado miembro.
Sin embargo, parece que Europa no contará con una Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) en 2030, fecha fijada en 2013 cuando nació la iniciativa. Esta es la conclusión rotunda del informe Infraestructuras de transporte de la UE. Se necesita más velocidad en la implementación de megaproyectos para cumplir los plazos marcados. Los proyectos más atrasados son tres, es muy poco probable que estén listos para 2030. Estos son los 297 km de línea que conecta la Y Vasca con la red ferroviaria francesa; la autopista A1 en Rumanía; y el ferrocarril E59 en Polonia. Esto se debe a que la construcción lleva mucho tiempo y las obras ni siquiera se han planificado todavía.
Los estados miembros tiene la capacidad de tener sus propias prioridades nacionales. El Reglamento RTE-T, aunque jurídicamente vinculante, contiene disposiciones que permiten a los países apartarse del plan que deben cumplir con fecha límite 2030. Las prioridades nacionales pueden incluir o no las inversiones necesarias en Corredores transnacionales de la UE. Por ejemplo, la planificación de Francia no se adhiere a la Fecha límite de 2030 acordada. En Alemania, la política de planificación no otorga una prioridad específica a las inversiones en los corredores de la red principal. La Comisión tiene poderes limitados para acelerar el proceso y ha reconocido que el establecimiento de prioridades nacionales no favorece las construcciones transfronterizas. La Comisión no tiene poder legal para hacer cumplir las prioridades de la UE a nivel de los Estados miembros.

Dificultades y riesgos del mega-proyecto

  • Las previsiones de tráfico tienen el riesgo de ser demasiado optimistas y la mitad de ellas no están bien coordinadas. La calidad de las cifras de tráfico en la infraestructura transfronteriza es limitada, y particularmente susceptible a pronósticos demasiado optimistas. Las previsiones de tráfico no siempre se basan en evaluaciones sólidas basadas en el mercado.
  • La Comisión no ha incluido la obligación actual de que los promotores de proyectos presenten análisis de costes-beneficios, incluso para proyectos de miles de millones de euros. La Comisión se propone mantener análisis de costes-beneficios en el futuro como un requisito potencial para recibir cofinanciación de la UE.
  • Hay que tener en cuenta los efectos negativos de la construcción y los efectos positivos de las operaciones, una vez finalizada la infraestructura. La construcción de nuevas grandes infraestructuras de transporte supone una fuente importante de CO2. Las ganancias ambientales dependeran de la cantidad de tráfico desplazado de otros modos de transporte más contaminantes. Dado que el cambio modal ha sido muy limitado en Europa en los últimos 20 años, existe un alto riesgo de sobreestimar los efectos multimodales positivos.


¿Cuáles son los principales beneficios para los usuarios, el medio ambiente y el desarrollo económico?

Los usuarios del transporte se benefician de redes de transporte menos congestionadas y de una menor contaminación gracias al uso de un transporte más eficiente. Los viajeros podrán viajar por Europa en trenes de alta velocidad. Este aumento de la eficiencia del transporte significa que los usuarios y las empresas reducirán costes y podrán invertir en proyectos más rentables económicamente.

Proyecto de interés común

Los Proyectos de Interés Común son proyectos de infraestructura que son necesarios para el desarrollo de corredores o áreas en la Unión Europea. Cualquier proyecto declarado como proyecto de interés común le otorga un estatus prioritario y estratégico, lo que significa que es elegible para ciertos beneficios con el fin de agilizar el proceso de implementación y puesta en marcha del proyecto. Este tipo de proyectos se benefician de mejores condiciones regulatorias, procesos de permisos simplificados y un mayor nivel de participación pública a través de consultas públicas, menores costos administrativos, la posibilidad de recibir subvenciones para realizar estudios y, en casos excepcionales, para obras de construcción, al tiempo que permiten la posibilidad de una financiación especial en el marco de lo que se conoce como el "Mecanismo Conectar Europa".

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