La Ruta de la Seda [Historia]
La Ruta de la Seda fue conjunto de rutas comerciales que conectaban Asia Oriental y Europa. Esta expresión se puede mal interpretar y dar a entender que sólo había una ruta que cruzaba Asia Central, pero no es así, sino que existen varias rutas. Normalmente los mercaderes no solían hacer la ruta entera sino que hacían pequeños tramos e intercambiaban mercancías en los oasis con otros mercaderes, así los productos iban pasando de mano en mano y lentamente llegaban a destinos lejanos.
La famosa ruta comienza en la antigua capital del este de China, en Xian o también llamada la capital de la seda, atraviesa Afganistán, Irán, Irak y Siria entre otros países, alcanza el mar Mediterráneo y concluye en la antigua Roma tras recorrer unos 7.000 km.
Entre los años 300 y 100 a.C sucedieron acontecimientos clave que promovieron la apertura de la Ruta de la Seda que conectaba occidente y oriente. En occidente la expedición dirigida por Alejandro Magno, en oriente la expedición dirigida por Zhang Qian, durante el reinado del emperador Wu de la dinastía Han. Alejandro Magno (356-323 a.C.) conquistó el Imperio Persa y la mayor parte de la India, quedándose a un paso de China. Por su parte la dinastía Han de China buscó alianzas comerciales con los pueblos limítrofes de occidente que les ayudara a combatir las invasiones de los nómadas del norte.
Cuando la seda aparece en Roma los romanos ignoraban entonces, todo sobre su país de origen. El principio misterioso de la seda, será la razón de su éxito, más aún incluso, que sus propias cualidades. También es el primer producto de intercambio entre China y Occidente.
Desde un principio, los propios chinos se dieron cuenta que con la seda tenían en sus manos un inmenso tesoro. Los visitantes que llegaban desde Europa, incluido el viajero veneciano Marco Polo (1254-1324), describió al tejido de seda y a su industria en varios pasajes de su interesante obra "Libro de las Maravillas".
La industria de la seda, estuvo monopolizada por China durante unos 3000 años, debido a que se promulgó un decreto imperial, por el que se castigaba con la pena de muerte, a quien divulgara, fuera del Imperio, los secretos de obtención y fabricación de las preciadas telas de seda.
La Ruta de la Seda abrió Asia central y China a religiones como el nestorianismo, budismo, y más tarde el islam. En Asia central, el islam se expandió a partir del siglo VII y durante gran parte de la Edad Media monopolizó la ruta.
En el siglo VIII, los árabes llevaron el arte de trabajar la fibra de seda hasta la España musulmana. En al-Andalus, los grandes centros textiles de la seda estuvieron ubicados en las ciudades de Córdoba, Sevilla Málaga y Almería. De España pasó a la isla de Sicilia, después a la península italiana y de ahí al resto de Europa.
Esta Ruta se cobró muchos miles de vidas, pues casi toda ella se desarrollaba por inmensos desiertos a mucha altitud, que la mayoría de los meses del año están helados. Tanto es así, que a los resistentes camellos bactrianos (Camelus bactrianus), los ataban por las noches de dos en dos capicuados, para que no pudiesen echarse a dormir y así evitaban, en parte, que muriesen congelados. Casi siempre, los caravaneros se colocaban entre los camellos y tapados con pieles, para aprovechar mejor el calor de los animales. Y así transcurrían, muchos días, meses e incluso años de camino. Lo peor que les podía pasar, era que por aquellos desfiladeros y glaciares, se despeñara un camello; perdían al animal y a su preciada carga, y además su estiércol, que utilizaban como combustible. Y aún era peor, si el camello perdido transportaba comestibles. En gran parte de la Ruta, no hay árboles; sólo desiertos de arena, hielo, nieve y glaciares. Algunas caravanas no llegaron nunca a su destino. Unas eran asaltadas por bandas feroces de asesinos, que para hacerse con las mercancías, no dudaban en matar, y otras veces, morían los caravaneros víctimas de accidentes o enfermedades. En cada localidad que paraban para descansar, debían proveerse de comida para un mes, por lo menos.
Esta gran ruta comercial trans-asiática, fue utilizada durante toda la Edad Media, con pequeñas variantes. La población de Kashgar (extremo occidente de China) era un gran centro de intercambio de mercancías entre chinos, viajeros occidentales e indios; pocos mercaderes europeos pasarían de largo por este lugar. En territorio chino, la Ruta de la Seda estaba jalonada por una serie de fortalezas y monasterios budistas, que protegían y daban cobijo, a quienes circulaban por ella. En el siglo XIV, la Ruta de la Seda apenas fue transitada, a causa de la hostilidad de los Ming, y posteriormente tras el descubrimiento de América y la primera vuelta al mundo por la expedición de Magallanes y Elcano (1519-1522) la Ruta de la Seda perdió interés.
Con la caída de los khan mongoles la dinastía Ming subió al poder (1368) y se desarrolló más la vía marítima, en esta época Zheng He, un comandante chino, llevo a cabo varias expediciones que llegaron hasta la costa este de África. Pero hacía finales de la dinastía Ming se pararon todas las expediciones y el gobierno encerró el imperio en sí mismo, no se sabe aún la causa exacta de esta decisión, pero la dinastía Qing siguió esta dirección hasta que los europeos la forzaron a abrirse al comercio exterior.
Fuentes:
http://revistas.uned.es/index.php/ETFII/article/viewFile/1711/1590
http://china.globalasia.com/topics-in-china/la-ruta-de-la-seda/
https://oldcivilizations.wordpress.com/2012/07/21/marco-polo-y-la-ruta-de-la-seda/
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